Elegir entre oro amarillo y oro blanco va más allá del gusto: depende de tu tono de piel, tu estilo personal y hasta de los colores que más usas.
Ambos son oro auténtico, pero tienen composiciones distintas:
Oro amarillo: es el oro más clásico, con un color cálido y natural. Se mezcla con cobre y plata para hacerlo más resistente.
Oro blanco: tiene un tono más frío, parecido a la plata, gracias a que se alea con metales como el paladio o el níquel, y suele llevar un baño de rodio que le da su brillo característico.
Ambos tienen el mismo valor base si su pureza es igual (ej. 14k, 18k), pero su acabado y tono visual son diferentes.
Oro amarillo
Ideal para tonos de piel cálidos (dorados, bronceados u oliva). Resalta la calidez natural y combina con estilos clásicos y bohemios.
Oro blanco
Favorece a pieles frías (claras, rosadas o con venas azuladas). Su brillo moderno es perfecto para looks elegantes y minimalistas.
Tip rápido:
Mira las venas de tu muñeca:
- Verdes → oro amarillo
- Azules → oro blanco
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¿Ambas? ¡Puedes usar los dos!
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